Una vez fabricada una mercancía la o las primeras protecciones que tendrá y que se mantendrán a lo largo de su vida como producto, o, al menos, a lo largo de una buena parte de su vida es el Envase. Un ejemplo es el vino. Salvo que se venda a granel, se embotella para su distribución y consumo. Esa botella es el Envase Primario y, en general, acompaña al producto a lo largo de su vida.
Si esa botella se introduce en una caja individual que sirve para evitar golpes de unas botellas con otras en su transporte y también sirve para darle una mayor relevancia al producto en su punto de venta, esa caja individual será el Envase Secundario que, en general, acompaña al producto hasta poco antes de su consumo final.
Si se diseña un expositor con 12 botellas para fomentar su consumo en el punto de venta, ese expositor será el Envase Terciario y también acompañará al producto una parte de su vida menor que los anteriores.
No todos los productos tienen varios Envases. Algunos no requieren ninguno, por ejemplo, si ese mismo vino se vende a granel. Otros sólo llegan al secundario. Por ejemplo, en un yogur el Envase Primario es el vaso de plástico que sirve para evitar contaminación del producto y que se puede unir en un pack de 6 (o los que sean) para poder venderlos de 6 en 6.
Los Envases tienen connotaciones Comerciales y de Marketing. Hay quien dice que lo que realmente compra el consumidor es el Envase, ya que el producto en sí en la mayor parte de los casos no es accesible y no puede serlo. Esto no le quita su función protectora que también cumple.
Si ahora hay que transportar, y seguramente almacenar, el vino anterior es necesario proteger el expositor de golpes, polvo, humedad y cualquier otro problema que pueda presentarse en ese transporte y almacenaje. Además, va a ser manipulado y la unidad mínima de manipulación es la caja, por tanto, se protegerá introduciendo los expositores en cajas.
Esa caja es el Embalaje Primario. Ya no está destinada a labores Comerciales y de Marketing, sino a protección. Es importante que los expositores no tengan holguras en esa caja, lo que podría dañarlos en el transporte, y también es importante que la caja pueda ser manipulada a mano (por su peso), que es como en muchos casos se manipula.
La siguiente protección, que además facilita el transporte y almacenaje es paletizar las cajas anteriores. Ese pallet va a ser el Embalaje Secundario. Para que cumpla su misión protectora, que es que no se golpeen unas cajas con otras, las cajas no deben sobresalir del pallet y para optimizar los costes de transporte el pallet debe llenarse al máximo. Como los tamaños de pallet están normalizados, esto obliga a utilizar un cierto tamaño de caja, lo que obliga a diseñar un expositor de una cierta medida, que, a su vez, obliga a utilizar una botella y caja individual de un cierto tamaño. En los apartados siguientes se amplían estos temas.
La cadena sigue. Si hay que enviar el vino en contenedor, ese contenedor será el Embalaje Terciario. El buque ya sería medio de transporte, no embalaje.